El PBFD es la enfermedad vírica con más prevalencia en aves psitácidas (orden Psittaciformes) abarcando a loros de América, África, y Oceanía como guacamayos, cacatúas, yacos o agapornis.
El uso de técnicas moleculares para el diagnóstico de las principales enfermedades en aves, permite detectar el agente patógeno de una manera rápida y eficaz. Esta detección se hace más importante aún en enfermedades producidas por virus, ya que, en determinadas ocasiones el virus que origina la enfermedad es difícil de identificar con métodos tradicionales. Este es el caso del virus causante de la enfermedad de pico y pluma de psitácidas, también conocida como PBFD, por sus siglas en inglés Psitaccine Beaker and Feather Disease, una de las enfermedades víricas más comunes que afectan a nuestras aves.
El virus que produce el PBFD es un Circovirus de la familia Circoviridae que se detectó por primera vez en aves de origen australiano. El PBFD afecta específicamente a aves psitácidas (orden Psittaciformes) abarcando a loros de América, África, y Oceanía como guacamayos, cacatúas, yacos o agapornis. Es el virus infeccioso con más prevalencia en psitácidas. Generalmente, el PBFD afecta a pollos y juveniles, pero ejemplares de todas las edades pueden sucumbir a la enfermedad, pudiendo causar tasas de muerte bastante elevadas tanto en ejemplares salvajes como en cautiverio.
Síntomas.
Los principales síntomas visibles son anomalías estructurales tanto en las plumas como en el pico, además de la pérdida de plumas en épocas de no muda. El virus, causa también supresión inmunológica del ave, siendo este más vulnerable a la infección por otros microorganismos patógenos como hongos, bacterias y virus que desarrollan otras enfermedades de manera paralela, agudizando la enfermedad e incluso causando la muerte del ave.
Propagación.
La principal vía de contagio es a través del contacto directo con partículas víricas de aves infectadas en zonas comunes, como comederos y contacto con excrementos y/o partículas de pluma o piel de aves infectadas. Debido a que el virus es extremadamente estable, puede sobrevivir en los nidos incluso durante varios años.
Control.
La prevención es el mejor método para combatir la enfermedad, debido a que no hay un tratamiento efectivo para erradicar completamente el virus de nuestra ave. Un buen plan de gestión, limpieza profunda las instalaciones, ventilación y controles analíticos periódicos pueden reducir drásticamente el impacto de la enfermedad en los aviaros.
Las pruebas basadas en el ADN nos permiten un rápido y sensible diagnóstico de enfermedades que afectan a nuestro aviario. En el caso del PBFD, estas analíticas son una herramienta clave en el diagnóstico prematuro, pudiendo evitar un contagio masivo a otras aves de tu entorno.
Referencias.
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Implicación y gran capacidad de resolución son cualidades indispensables para la investigación.
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