Existen numerosos estudios que han demostrado la presistencia de virus en ambientes acuáticos y plantas de tratamiento de aguas residuales.
En las aguas residuales, los desechos humanos se mezclan con agua doméstica, industrial y de drenaje, por lo que las partículas de virus sólo se encuentran en bajas concentraciones, al igual que en otros cuerpos de agua potencialmente contaminados. La detección de estos virus mediante un proceso de concentración viral y análisis genético por RT-qPCR en cuerpos de agua, aguas residuales y lodos de depuradoras es posible y, además, ofrece una información de vital importancia para la gestión sanitaria.
Dada la experiencia adquirida durante los años de la pandemia de COVID-19 la UE ha emitido una recomendación para los Estados miembros en el ámbito de la vigilancia del SARS-CoV-2 y sus variantes en las aguas residuales, la cual puede ser una fuente de información rentable, rápida y fiable sobre la propagación del SARS-CoV-2 entre la población y que puede constituir una parte valiosa de una vigilancia genómica y epidemiológica reforzada. El seguimiento de las aguas residuales debe considerarse un enfoque complementario e independiente de las estrategias de vigilancia y detección de la COVID-19.
En Iberogen hemos desarrollado un protocolo de RT-PCR en tiempo real (RT-qPCR) para identificar la presencia del virus en aguas residuales y lodos de depuradoras. El sistema utilizado en el análisis posee la misma sensibilidad que las pruebas realizadas en hospitales para enfermos de COVID-19, pero adaptado al análisis de aguas y lodos. La detección del virus requiere un paso de concentración de la muestra para permitir la detección de los virus.
Esta herramienta de vigilancia ambiental está diseñada para ayudar a las autoridades a coordinar la estrategia de desescalada de la pandemia de COVID-19 y para detectar de forma temprana posibles rebrotes, facilitando a los sistemas sanitarios la toma de decisiones preventivas adecuadas.
Enfrentar nuevos retos es lo que me motiva, encontrar la manera de resolverlos es mi máxima. Son más de 15 años de experiencia en operaciones de laboratorio e investigación y desarrollo.
Implicación y gran capacidad de resolución son cualidades indispensables para la investigación.